En
los últimos tres meses
se han dejado de entregar más de
dos millones de raciones de comida en San Cristóbal,
Suba y Fontibón.
Usuarios de los comedores comunitarios afectados por el cierre de los centros de alimentación. Foto: material de archivo Secretaría de Integración Social
Por. Nathalia Sarmiento Ayala
De
alarmante calificó la Personería de Bogotá la situación que presenta la mayoría
de los comedores comunitarios del Distrito que son financiados por la Secretaría
de Integración Social. Esa entidad
dio a conocer que en
lo que va corrido del año se han cerrado
tres centros de alimentación que atendían a más de 200
personas. Los comedores presentaron
problemas de salubridad,
inclusión social y nutrición.
El
informe de la Secretaría de Salud mostró que dentro de los
137 comedores ubicados
en 18 localidades, el 96% no ofrece un menú balanceado, el 50% tiene
malas practicas de manipulación, y el 34% presenta deficiencias en la atención a los usuarios
y condiciones precarias en las
instalaciones. Neveras y utensilios
sucios, lavaplatos usados para lavar elementos de aseo, y alimentos
en mal estado fueron
algunas de las anomalías que registró el ente de control.
En
los últimos cinco meses
17 centros comunitarios han sido
sellados: siete
en la localidad de Ciudad
Bolívar; cuatro en Fontibón; tres en San Cristóbal y Bosa; dos en Engativá y Suba; y
uno en las localidades
de Suba, Rafael Uribe Uribe, Usme, Santafé y Puente
Aranda.
“Es
preocupante la situación actual de los comedores
comunitarios, el Distrito
entrega a este
proyecto más de 200
mil millones de pesos
anuales, sin embargo se han encontrado
enormes deficiencias. En algunos
comedores los operadores registran un cupo total pero la Contraloría encontró
que la ocupación llega apenas al 80%, además de las enormes irregularidades alimentarias”, afirmó Andrés Castro,
personero delegado en el Sector Social
de la Personería de Bogotá.
Por
otro lado la trabajadora social y experta
en política alimentaria, Martha
Elena Andrade, resalta que
“hay un proyecto de política
alimentaria que no está
siendo cumplido, el problema no se
soluciona cerrando los centros
de alimentación, el acompañamiento de las instituciones como
la Secretaría de Integración Social son
necesarias para que se
dejen de presentar los inconvenientes”.
Según
datos del Sistema de Integración
Social los comedores se
han convertido en
importantes escenarios para
combatir las altas tazas
de hambre, que en este momento
llegan al 43.3% de la población que vive en
Bogotá. Este informe también muestra
que los usuarios
de estrato uno y
dos son
los mayores beneficiados, sin
embargo el 2% de la población del estrato
tres y cuatro utilizan los comedores
por falta de recursos
económicos.
“El
Gobierno nos quiere quitar los
sitios donde vamos a comer todos
los días, toda
mi familia utiliza
los comedores porque somos pobres,
y no tenemos plata para
comprar comida”, aseguró el beneficiario del proyecto en el comedor de
Fontibón, José Luis Cáceres.
Con
estos datos en la mano urge que la
Personería de Bogotá y el Sistema de
Integración Social se pongan de
acuerdo en la restructuración del
proyecto para evitar que los perjudicados
sean los ciudadanos que día tras
día se alimentan gracias a este servicio.
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