Una sorprendente exposición hace del nivel 2 del
pabellón 8 uno de los lugares más visitados en la
vigésima quinta edición de la
Feria del Libro Bogotá-Ecopetrol. Aquí les presentamos la persona que está detrás de este gran montaje.
Por Sergio Silva Numa
Por Sergio Silva Numa
Beatriz Helena Robledo, curadora de la exposición “100 años Rafael
Pombo”, lleva 25 años dedicada a la
investigación de literatura infantil y juvenil, y a la pedagogía. Ha publicado,
entre otras obras, Antología del relato
infantil colombiano (1997), Antología
de poesía infantil colombiana (Alfaguara, 2000), Antología de poesía juvenil colombiana (Alfaguara, 2000), y Rafael Pombo, la vida de un poeta
(Ediciones B, 2005). Nacida en Manizales en 1958, hizo una maestría en
Literatura hispanoamericana en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá y,
para esta ocasión, promete al público de
la Feria del Libro, una exposición lúdica y juguetona en la que se dan a
conocer todas las facetas del poeta.
¿De dónde surge la idea de
hacer la exposición “100 años Rafael Pombo”?
La exposición se hace porque el Ministerio de Cultura declara este
año el “año Pombo”, en conmemoración a los cien años de su muerte. Me llaman a
mí para que haga la curaduría, y yo hago la exposición con Carlos Betancourt, y
él conforma el equipo de creadores. Hay una conjunción de artistas jóvenes y
creativos que trabajan con música, con sonidos, con videos, con cómics. Yo
quería una exposición donde se mostraran todas las facetas y las principales
etapas de Rafael Pombo.
¿Cuál es el principal
propósito de la curaduría de la exposición “100 años Rafael Pombo”?
El objetivo principal es mostrar a los visitantes las diferentes
facetas de Rafael Pombo, porque él es conocido por la poesía infantil pero es
mucho más que eso. Fue un poeta romántico, un poeta traductor, un diplomático, un
periodista, un gestor cultural. La invitación es para que vengan a divertirse,
porque es una exposición que es muy lúdica y muy juguetona, pero al mismo
tiempo para que vengan a conocer porque es una exposición que transmite una
información básica sobre el poeta. Aquí uno se divierte, conoce y queda
sorprendido.
¿Por qué es importante
rescatar el legado de Pombo? ¿Por qué es importante que el público conozca este
autor colombiano?
Yo creo que hay varias cosas importantes. Una, porque él contribuyó
mucho a la construcción de nación en una época en la que se estaba construyendo
nación con convicción. Además, porque en este país nos hacen falta modelos de
la calidad de Pombo; un poeta comprometido con el desarrollo cultural de su
país y con el desarrollo político. Era una persona de una calidad humana
impresionante más allá de los intereses partidistas y de los intereses de
clase. Entonces yo creo que es importante que las nuevas generaciones tengan
otros modelos diferentes a los que tenemos: la corrupción, la mafia…
¿Cuál es el principal
legado que nos dejó Rafael Pombo?
El más conocido es la poesía infantil, que ya hace parte de
imaginario colombiano. Pero él también contribuyó muchísimo al desarrollo
cultural, al menos de Bogotá. Toda la escuela de Bellas Artes es producto de
una gestión larga suya. Él hizo una gran labor desde la prensa a través de
artículos, a través de un periódico que sacó para que la gente aprendiera a oír
la música clásica, la ópera. Si lo estudiáramos más de cerca hay un pedagogo
que contribuye al desarrollo de la pedagogía en Colombia, hay un gestor
cultural y un crítico de arte que contribuye al desarrollo del arte en
Colombia. El problema es que ha sido muy olvidado.
¿Qué aspectos hay que
rescatar de la obra del poeta?
Yo creo que, principalmente, hay que rescatar una buena antología de
la poesía romántica. No solo los grandes poemas románticos de exaltación
mística o relativos a la naturaleza, sino su poesía popular. Él tiene una
poesía popular que emparenta mucho con la música colombiana como el bambuco.
Hay que rescatar sus artículos como crítico, porque toda esa parte de prosa y
de crítica de arte está diseminada en los periódicos y no se ha recogido.
También como traductor, porque fue de los pocos traductores que pensó y que
teorizó sobre la traducción en el siglo XIX.
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